viernes, 28 de agosto de 2009

MADURAR A GOLPES


Antes de sentarme a escribir el artículo para hoy, tenía preestablecido escribir sobre la trascendencia humana, pero justo antes de iniciar y en el tiempo de conectar el laptop prendí el televisor y estaba sintonizado en un programa donde un psicólogo trata casos familiares, en ese momento él describía el caso del día y planteaba que el mismo se produjo a solicitud de una joven (yo diría niña) de 14 años, quien le había mandado una carta debido a que su papá era alcohólico y que aun cuando en seis oportunidades había intentado rehabilitación con expertos en la materia, en todas esas oportunidades el papá había abandonado el tratamiento, además contaba que la joven tomó la decisión de mandar la carta de solicitud de ayuda debido a que su papá había intentado suicidarse en su cuarto hacia un mes.
En el programa estaba el papá, la mamá (quien nunca tuvo nada que ver en la búsqueda de ayuda) y la joven que con apenas 14 años recién cumplidos había tenido que tomar una decisión trascendente, tal cual como toda una adulta madura.
El sólo escuchar esta corta narración mi alma se abrumó por un momento ¿Cómo puede suceder situaciones así? y la pregunta no surgía tanto por el papá alcohólico y la familia disfuncional, sino por la joven ¿desde qué edad tendría que haber vivido esa niña esa situación? tuvo que madurar antes del tiempo, tuvo que dejar los juguetes, las muñecas para dirigir el barco de su familia y asumir responsabilidades... Que pena y que dolor...
También recordé eventos no tan lejanos de niños que conozco, que cualquiera dice "Que niño tan maduro" pero no se logra ver que en algunos casos han madurado a golpes (no necesariamente físicos), asumiendo responsabilidades que no les corresponde, niños que maduran por la necesidad de sobrevivir en condiciones no aptas, ni justa para ellos y luego nos preguntamos ¿Por qué hay tanto jóvenes con conductas inadecuadas? ¿Por qué tanta delincuencia juvenil? y otros tantos ¿Por qué...? ¿Por qué...? y ¿Por qué...?
El pensar en cuándo y cómo debe madurar un niño hizo resurgir del baúl de los recuerdos una frase del padre Ricardo Bùlmez que dice "mango verde es mango verde, y aun cuando lo golpees para ponerlo agudito y comerlo con sal, sólo llegará hacer un mango verde golpeado...".
Es bien cierto que en la actualidad tenemos una generación de niños inteligentes, que han sido tildados de superdotados, con grandes habilidades (precoces para la edad), y hasta algunos llamados niños índigos, pero a pesar de todo lo precoz que puedan ser los niños de hoy, nunca debemos olvidar que son sólo "Niños" y su único deber es aprender, jugar y ser felices y es responsabilidad de nosotros los adultos que intentemos dar todas las condiciones necesarias para que los niños cumplan con ese deber.
Hacer madurar a un niño a golpes, a gritos, entre peleas y errores de los adultos es sólo hacer que interrumpa un proceso, una etapa de la vida que es crucial y base para convertirse en el hombre justo y con valores que necesita la sociedad.



Hacer madurar a golpes, es sólo golpear,

pero nunca va hacer educar y mucho menos Amar.


Publicado en Notitarde La Costa

28-08-2009

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