lunes, 19 de octubre de 2009

LA GRAN OBRA DE TEATRO

Tengo que confesar que escribir aquí y que ustedes me lean para mí es un verdadero placer, pero increíblemente nunca he podido preestablecer lo que escribo, siempre pienso y analizo temas, pero cuando estoy frente al teclado surge algo, que hace que me inspire y mis pensamientos surjan y mis dedos empiezan a teclear. Esta semana no fue diferente, prendí el computador con la intención de escribirles sobre las segundas oportunidades y de repente la inspiración sobre el tema se desvaneció, me quede un rato frente al lapto intentando, obligándome pero nada paso, hasta llegue a escribir en el muro de mi facebook "Musa.. Dónde estáaaas?" y inspire y me dije "María no te obligues, en algún momento llegará" y así apague el computador y me quede dormida.
Al despertar recibí (y como mandada por la musa que tanto busque), un mensaje de una muy buena amiga que tenia un par de días intentando (sin éxito) contactarse conmigo, en el mensaje me contaba lo angustiada, lo ansiosa y lo confundida que había quedado luego de una cita con un psicólogo, en el mensaje me explicaba sus razones para estarlo, pero lo que yo observe tras sus letras no escritas y sus palabras no dichas fue el profundo miedo que estaba experimentando ante el descubrimiento de ella misma.
Ya se ha hecho costumbre que los seres humanos vamos adquiriendo distintos clichés y roles que se traducen en máscaras y estereotipos que dan vida a lo que Virginia Satir denominaba "la gran obra de teatro" y que se debe reconocerse y descubrirse para lograr la unicidad humana entre "lo que pienso, lo que quiero y lo que hago". Comprender las propias potenciales se traducirán en crecimiento personal y fortalecimiento de la autoestima que es propio valor y amor hacia uno mismo.
Virginia Satir (1916-1988) fue una notable autora y psicoterapeuta estadounidense y como humanista se enfocó en el crecimiento personal y salud y la importancia de la autoestima para el logro de ese crecimiento. Para Satir (así como para tantos autores) el autoconocimiento es base para la autoestima, pero el mismo ser humano tiene mecanismo de defensa que obstaculizan este autoreconocimiento debido a que esto puede implicar desvelar la imagen de quienes creemos que somos y es que tememos encontrar algo que nos pueda lastimar. "Lo que no se conoce, no lastima" planteaba Satir, entonces muchas veces se prefiere la comodidad y tranquilidad que genera lo conocido y lo que se cree que sé es, a la incertidumbre de lo que puedo encontrar.
Es así como Virginia plantea que para logra el amor propio requiere de "Tomar Conciencia" reconocer que no siempre soy quien creía ser, "Mirarse con nuevos ojos" con la libertad y tranquilidad de permitirse descubrir nuevas formas de pensar y creer, y por ultimo "Arriesgarse a lo desconocido" tomar el control y la voluntad para recorrer las nuevas posibilidades y formas descubiertas.
Por supuesto que todo cambio genera excitación y ansiedad en su primer momento y luego cuando se está en pleno reconocimiento todo es confuso y las cosas pueden parecer ajenas, pero si se toma las riendas de la propia vida y se acepta lo que Virginia Satir planteaba y se arriesga al descubrimiento y a transitar por esas nuevas posibilidades, llegarà la integración y el crecimiento personal.
Definitivamente todo cambio produce resistencia y ansiedad, pero solo enfrentándolo se supera el miedo a eso desconocido y así se podrá descubrir que siempre es mejor conocer y arriesgarse que quedarse paralizado.


Publicado en Notitarde La Costa el Viernes 16-10-2009

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