domingo, 26 de julio de 2009

UNA AVENTURA DE ALTURA


Esta semana tuve la maravillosa causalidad de ver la película animada “Up, una aventura de altura”, la disfrute en compañía de mi mamá, que cuando yo ya había comprado el boleto, me dijo con su cara desconcertada “¿Una comiquita wincar?... yo nunca he visto una comiquita completa en mi vida…” allí me lo dijo todo, (no le gustan las películas animadas), sin embargo inmediatamente me dijo “bueno que mas, siempre hay una primera vez” y como haciendo caso al titulo de la película mi madre y yo nos lanzamos a la aventura. Tengo que reconocer que a pesar que yo había visto películas animadas, no son mi tipo de películas preferidas, aun así, creo que muchas dejan un mensaje positivo para la reflexión y esta película es una de ellas. Hoy no voy a contarles los detalles de la película, pero si deseo compartir las chispas de reflexión que particularmente me dejaron algunos personajes.
En Up hay un personaje llamado Ellie, que aunque no es el personaje central, sus sueños llenos de aventuras, son los sueños y el motor para que Carl (su esposo) tome decisiones importantes al final de su vida. Ellie desde niña elaboro un libro que titulo “Las aventuras de mi vida” en èl, Allie tenia una hoja central donde se leía algo así como “Lo que voy hacer” ella esperaba llenar las paginas sucesivas con fotos alcanzando su mayor sueño, la aventura de su vida, que desde niña era llegar y vivir en las Cataratas Paraíso (que es el nombre que en la película le pusieron a nuestro maravilla natural, el Salto Ángel). Luego del pasar de los años y de la muerte de su esposa, Carl creyendo que Ellie no había cumplido sus sueños decide lanzarse a la aventura y cumplirlo por ella.
Hay muchos mensajes para pensar que nos deja la película, pero es sobre el significado de este libro que quiero dejar mi reflexión, ¿Cuántos de nosotros al igual que Allie nos trazamos un sueño cuando éramos niños?, o sin importar la edad cuando nos lo trazamos ¿Cuántos tenemos sueños sin alcanzar y aventuras que aun deseándolas no hemos vivido?, y en el peor de los casos ¿Cuántos de nosotros estamos esperando alcanzar ese sueño para sentir y disfrutar plenamente de la vida, del aquí y del ahora?.
Carl solo al final de la película descubrió que Ellie sí había llenado las páginas del libro, no de las aventuras iniciales, ni las que en un momento creyó que era lo mejor que le podía pasar, las paginas las había llenado de fotos de momentos de vida que para cualquiera pueden ser sencillos, pero definitivamente significativos para ella como: compartiendo un café, paseando en un parque, descubriendo las imágenes de las nubes, jugando, riendo, fotos en su trabajo, cuando pintaban su casa, cuando se casó con Carl. Ellie descubrió que La Aventura de su vida no estuvo para en los sueños no cumplidos, ella descubrió que la aventura fue la vida misma, los momentos vividos, los momentos disfrutados plenamente.
Que maravilloso debe ser si aprendemos de Ellie hacer de nuestras vidas una hermosa Aventura, hacer de cada instante que se vive una experiencia significativa llena de pasión y de amor, que maravilloso seria que cuando alguien después que no estemos vea en las paginas de nuestro libro de vida, fotos impregnadas de emociones, de alegrías, de satisfacciones, fotos que solo la imágenes digan y les grite al que las vea “He hecho de toda mi vida, una hermosa y maravillosa Aventura”.
No puedo cerrar este artículo sin comentarles que a mi mamá le encanto la película y que definitivamente logramos hacer de esta su primera vez viendo una película animada UNA AVENTURA DE ALTURA.
Publicado en Notitarde La Costa el Viernes 24-07-09

martes, 21 de julio de 2009

VIVIENDO EMOCIONES



Una tarde de esta semana me encontré con una compañera de trabajo en una panadería, y cuando nos saludamos, me pregunto “profe... que va hacer?... le invito un café” en ese momento llego a de mis recuerdos las palabras del padre Ricardo Bulmez en una de sus conferencias, en ella dijo “si alguien le invita un café, no diga que no… esa persona seguro no desea un café… lo que quiere es compañía para hablar”... esto retumbo en mi pensamientos y me dije “Maria, acepta el café”, lo extraño de todo es que mi compañera y yo no éramos amigas y ni siquiera antes de esto habíamos compartido mas que saludos de cortesía y alguna conversación sin profundidades, sin embargo en esta oportunidad nos sentamos y empezamos hablar de todo un poco, hasta que se creo un ambiente de cordialidad, de empatía, de confianza, que permitió que ella en un momento me dijera “ deseo contarte algo, es que si no lo digo a alguien me ahogo”… en ese momento me imagine a Ricardo Búlmez diciéndome “Viste Maria Wincar… que lo que quería era hablar”, entonces me empezó a contar una situación que es común para muchos seres humanos, por eso y con el permiso de ella lo comparto con ustedes hoy.
Inició contándome de un nuevo amor, de la nueva ilusión que está viviendo y de lo difícil que fue darse la oportunidad de aceptarlo luego de tantos años de separación de su esposo, “No fue fácil… aun no es tan fácil” me dijo, “pero aun así y superando el miedo que me daba que mis hijos supieran, que mi madre se enterara, me di la oportunidad”… “Se que me él me quiere, pero sabes? A veces tengo miedo que me deje… y ese miedo me da rabia”… yo le pregunte “¿ y que te da miedo?” “me da miedo equivocarme, me da miedo que mi madre tenga razón cuando me dice: Ya tú estas muy vieja para la gracia… me da miedo que me vuelvan a herir…" y entonces le volví a preguntar "y si las cosas al final no resultan como esperas… ¿Qué pasa?” me miró fijamente y con los ojos sollozos, pero llenos de negación e impotencia me dijo “me va a doler, voy a llorar y eso me va a dar mucha mucha rabia”… y no pude contenerme y le pregunte “Y si lloras y si te da rabia ¿Qué pasa?…” con la mirada ahora despierta y vivaz me dijo “No Maria… a mi no me gusta tener rabia… ese es un sentimiento que no me permito sentir… además eso luego me hace llorar y no quiero que la gente vea que soy débil”, les puedo decir queridos lectores que la conversación siguió, el desahogo por parte de mi compañera continuo por casi tres horas tomando tan solo Un Café, pero tan solo este trozo de conversación que he compartido con ustedes me hizo preguntarme y también deseo que ustedes se pregunten… “Por que le tenemos tanto miedo a sentir miedo?... ¿Por qué tenemos tanto miedo a que la gente vea que no somos perfectos?... ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar, comprender y vivir nuestras emociones sin autoreproches?...”
Las emociones tales como miedo, rabia, amor, tristeza, son parte de la naturaleza humana, no debemos temer sentirlas, lo que debemos es aprender a entender el por que surge alguna de ellas en un momento dado (la causa) y así lograr controlarlas para que sus efectos no nos dañen a nosotros y a las personas que amamos y por supuesto esto nos dará la habilidad y poder de manejarlas y modificarlas a propia voluntad, esto es lo que llamaría a grandes rasgos Daniel Goleman Inteligencia Emocional.
Así pues, queridos lectores que no nos de miedo sentir emociones pues ese será siempre el reflejo de que tenemos el don y el regalo mas divino que alguien pueda tener LA VIDA.

viernes, 10 de julio de 2009

Perdiendo Tambien Se Gana


¿Cuántas veces nos hemos sentido "perdedores" cuando una relación se rompe, o nos botan de un trabajo, o nos cambian de cargo, o simplemente algo no sale como esperábamos? Hay momentos de momentos en la vida y algunos son más difíciles de transitar que otros; algunos nos llenan de sonrisas y alegrías, otros de ira e impotencia, y otros nos inundan de tristezas y lágrimas.
Desde hace más de un mes personas muy cercanas a mí y a las que aprecio mucho están pasando por circunstancias muy duras ante la presencia de la diabetes en uno de los miembros de su familia, lo que llevó a la lamentable decisión médica de amputar un extremo de la pierna.
Para animarle un poco, mi mamá le pronunció a la afectada la frase que titula el artículo de hoy "perdiendo también se gana"... y continuó diciéndole: " porque si es verdad que ha sido un duro golpe y una gran pérdida, ten presente que ganaste tiempo para seguir compartiendo con tu familia, con tus hijos, con tus nietos, GANASTE VIDA". Ciertamente es muy difícil sobreponerse a tal situación, verdaderamente es indescriptible y profundos los sentimientos de pérdida, como para ver la ganancia a la primera, pero aun así mi madre tiene razón; se debe intentar siempre no caer ni mantenerse en la autocompasión, pues ella se convierte en un ancla que no dejará curar heridas, ni ver el sentido que tienen nuestras vidas.
El psiquiatra Viktor Frankl planteó que el hombre siempre debe descubrir el sentido de su vida, ese por qué vivir, esa para qué vivir, es ese descubrimiento y reconocimiento de ese sentido de la existencia lo que según Frankl hace que hombres con múltiples padecimientos, con grandes enfermedades, con circunstancias difíciles DECIDAN VIVIR.
Viktor Frankl llegó a estas conclusiones (las cuales describe al igual que narra su vida, en su libro El Hombre en Busca de Sentido) gracias a las circunstancias lamentables que le tocó enfrentar entre 1942 y 1946, cuando por ser de familia judía le tocó vivir el holocausto, estuvo prisionero en varios campos de concentración nazis, fue separado de su familia, padeció hambre, frío, las mayores humillaciones y vejámenes que se le pueden hacer a cualquier ser humano, sufrió de enfermedades, desnutrición extrema, hasta llegar a lo que él denominó una existencia desnuda (que es la pérdida de todo lo que se posee material, psíquica y físicamente, excepto la vida), vivió cada día con el miedo de que quizás no vería el sol del día siguiente y sin embargo como muchos otros nunca llegaron a tomar la decisión de dejarse morir.
En algún momento de la vida el hombre, ante sus circunstancias, tiende a olvidar su sentido de vida, pero es el sentido de la existencia humana lo que permitirá según Frankl trascender las dificultades.
Otros autores, como por ejemplo Emmy Wener, sin alejarse (desde un punto de vista muy personal) definen el resultado de superarse ante las dificultades como "resiliencia", que es la cualidad humana de resistir, reanimarse, superarse después de haber padecido un golpe o vivido una situación traumática o adversa.
Lo importante es que ante momentos difíciles busquemos el sentido de nuestra vida ya sea por voluntad (según Frankl) o por el desarrollo de capacidad (según Wener y otros) y así aceptar que, aun perdiendo, se puede salir victorioso, aun perdiendo podemos ganar aprendizajes, ganar experiencias, ganar fortaleza y ganar sabiduría.


Publicado en Notitarde La Costa
10 Julio 2009

viernes, 3 de julio de 2009

¿CÒMO QUIERES QUE TE RECUERDEN?





Una vez escuché una fábula de parte del padre Ricardo Bulmez en la cual nos relataba que cuando Dios creó al hombre, éste le dijo lo que para él debía ser su misión de vida en la tierra... "SERAS FELIZ", a lo cual el hombre contestó... "íNooo, yo no quiero ser feliz, Señor Dios!... yo quiero ser ingeniero, licenciado, abogado, médico, un profesional, tener dinero y hacer lo que quiera... eso es lo quiero ser"... "allí empezó el hombre a autosabotearse la felicidad para la cual ha nacido", dijo Bulmez.
Esta parábola con la cual quise iniciar el artículo de hoy vino de mis recuerdos después de una conversación que tuve con una amiga; ella me contaba lo incómoda y sorprendida que se había sentido con una persona que había conocido recientemente y que hablaba sólo de ella... "Yo hice... nada sale sin mí. Yo tengo este título, éste otro, tengo una maestría, soy, soy, soy, yo, yo, yo"...". Mi amiga (que también posee la misma carrera académica que la colega) no entendía cómo podía alguien presumir tanto de sus estudios realizados y sin embargo no ser cortés, no dar siquiera los buenos días cuando alguien entraba a la oficina donde ellas estaban.
En el camino de la vida nos encontramos con algunos seres que poseen algún nivel académico, títulos, diplomas, maestrías, doctorados, que pueden llenar paredes enteras con ellos, pero que han perdido la humanidad (no todos) y al reflexionar uno se pregunta: ¿Dónde se perdió la humildad? ¿En qué grado académico se quedaron la cortesía, la amabilidad y el respeto a los demás?
En otra oportunidad Bulmez dijo que los padres actuales desean que sus hijos obtengan algún título académico, pero enfatiza ojalá sólo desearan que fueran "señores" y cuando el padre Ricardo Bulmez nos dice "señores" se refiere a que sean hombres y mujeres de bien, de justicia, de respeto, de valores.
Los títulos obtenidos en una carrera son definitivamente importantes y satisfactorios, como lo es un 20 en un examen luego de haber estudiado mucho, o lo es una felicitación y un reconocimiento luego de hacer algo con esfuerzo y dedicación, pero todos ellos son simplemente el efecto de algo que se ha hecho, que debemos disfrutarlo, claro está, pero ellos no deben convertirse en el propósito final de nuestras acciones. Lo verdaderamente importante es lo que se obtiene en el tránsito, en el camino de la meta, la experiencia y el aprendizaje que quedan para hacer las cosas que hacemos de mejor manera, con amor, con pasión, con ganas y responsabilidad, no para fanfarronear, como dice un pensamiento que leí hace algún tiempo: "No hagas lo que te dé la gana, haz con ganas lo que tienes que hacer". El HACER y VIVIR con amor, pasión y responsabilidad las cosas que nos toca hacer traerá consigo como resultado el título, o el 20 y hasta el reconocimiento de los demás, pero eso al final del camino no es más gratificante que la sensación de satisfacción y emoción que deja el sentir que se está aprendiendo, aportando y entregando todo para un mejor ser humano, para una mejor ciudad, para un mejor país, para un mejor mundo.
No se puede asegurar ni comprobar lo que hay o no después de que partimos de este mundo, pero sí podemos evidenciar cómo todo lo material se queda después de la partida... ¿entonces? Por eso yo espero que no me recuerden porque presuma de lo mucho o poco que tengo o no tengo; espero que me recuerden por las ganas que le imprimía a todo lo que hacía y por lo poquito o mucho que pude aportar al universo... Y tú... ¿cómo quieres que te recuerden?.

Publicado en Notitarde la Costa
03 de Julio 2009