viernes, 22 de octubre de 2010

¿CUESTIÒN DE SUERTE?


La semana pasada tuve la oportunidad de participar en el montaje teatral Pinocho el espectáculo; al culminar la función escuché decir a alguien: "¡Qué suerte, se les llenó el teatro...!". Yo no pude más que sonreír al comentario y decirle: "suerte no… trabajo continuo de un equipo, ligado con mucho corazón...".

Esto me hizo recordar la historia que cuenta en su libro "Los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas" el médico brasileño Lair Ribeiro cuando al tratar el tema de la suerte escribió y que hoy se las transcribo para ustedes.

"En el año 1975, yo vivía en el Teófilo Otoni, una ciudad situada al noreste del estado Minas Gerais, en Brasil. Ya era médico, especializado en cardiología, y tarde de un viernes recibí una llamada que cambió el rumbo de mi vida. Estábamos en vísperas de un largo fin de semana y tenía pensado descansar un poco cuando desde un hotel me comunicaron había un huésped al que le dolía el pecho.

Estaba a punto de emprender mi viaje, de modo que pedí que llamaran a otro cardiólogo, pero ya lo habían intentado y yo era su única esperanza. Cambié de planes y acepté. Hice un electrocardiograma al huésped y descubrí que había sufrido un infarto al miocardio. Lo llevé sin perder tiempo al hospital. Una vez allí, el paciente me preguntó si conocía a su hijo, Peter Maroko. Le respondí que sabía de él por sus trabajos de cardiología, pero que no tenía el placer de conocerlo personalmente.

Peter era un personaje muy importante, el jefe del departamento de investigaciones de la Universidad de Harvard. Dos días más tarde, llegó de Estados Unidos para colaborar en el tratamiento de su padre, se quedó con nosotros quince días. Un día antes de marchar, yo tenía que dar un seminario a los médicos del hospital, de todas las especialidades.

Sobre las arritmias en el infarto agudo del miocardio. Pues bien, como Peter quería asistir también, pedí permiso a mis colegas para subir el nivel de la conferencia, pues al fin y al cabo, se trataba de un prestigioso médico de una de las principales universidades de Estados Unidos. Terminado el seminario, Peter se acercó a mí y me preguntó: ¿Te gustaría ir a Harvard?".

Cuando Lair Ribeiro cuenta su historia muchos le dijeron: "¡Qué suerte tienes...!", a lo que él responde: "la suerte no tuvo nada que ver… yo estaba preparado, había estudiado mucho, y de pronto surgió una oportunidad...", y concluye con una frase que a mí particularmente me encanta, que dice: "La suerte se presenta cuando tu preparación personal encuentra una oportunidad...".

Muchas personas esperan que la suerte les toque, compran amuletos para la buena suerte, pero cuando se evalúa el fondo de eso que ellos llaman mala suerte, muchas veces simplemente es que no han estado preparados para las oportunidades que se les presentan.

Estamos en un mundo globalizado, donde muchos están o se están preparando constantemente para competir y obtener las oportunidades; el que mejor lo esté, ése tendrá suerte. Y si a esa preparación le añadimos tesón, constancia y amor, las oportunidades serán mayores.

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