Esta semana acompañando a la parranda de San Juan de la Gracia, tuve oportunidad de asistir a un encuentro de San Juan esta vez realizado en la comunidad de Patanemo del Municipio de Puerto Cabello. A diferencia de otras oportunidades, esta vez me dedique a observar y disfrutar detalladamente todas las acciones, comportamientos, posturas, ritos que hacían las personas que asistieron al encuentro, allí estaban los parranderos con sus santos, sus tambores, sus cumacos, con su energía y fuerza, con su voz que hacían vibrar al golpe de tambor o un sangeo, allí llegaban señoras con sus cabellos blancos y su piel tostada recitando sirenas a San Juan con versos que parecía que salieran y nacieran de los mas profundo del alma, también vi niños coreando alguna canción, caminando y bailando al ritmo del tambor, disfrute de la actitud de un cura que pidió que para el inicio una misa los presentes cantaran al son del tambor un “loloeee Ave Maria”, detalle a un minusválido con la mirada fija viendo a una de las imágenes y lo sorprendente es que la miraba no como pidiendo si no como agradeciendo, como también vi una mujer frente a la misma imagen, con sus ojos cerrados y sus manos juntas en un profundo silencio como si algo clamara, vi familias enteras juntas alabando a su santo San Juan, conocí personas con la vida entera sin perderse una fiesta de San Juan, todos… todos estaban allí, con la esperanza en su tradición, con la convicción y la certeza de que “San Juan To´lo tiene, San Juan To´lo da” (como reza una de sus canciones).
Cuando un ser humano tiene confianza de que algo va a suceder, la certeza de algo, a si no se vea, estamos ante un acto de FE, que es la convicción absoluta de que algo es verdad, no necesariamente razonado; algunos dicen que surge ante lo divino, otros que se nace con ella, otros plantean que se aprende, hasta se puede leer que la Fe es descrita como una locura, una fanatismo y hasta un misterio inexplicable. La palabra Fe proviene del latín Fides que significa “Confiar” y el resultado de ella es el surgimiento de la Esperanza, que esa fuerza que no permite que se abandone la vida ante las vicisitudes, que alimenta a la voluntad para no renunciar.
Pero sin importar que sea la Fe o cómo se llegue a poseerla, para mí, lo mas importante es que el cómo se vive con ella, como por ella un humano trasforma sus desventajas, sus problemas en simples circunstancias porque tiene la esperanza que en algún momento van a pasar, como personas con grandes problemas de salud y sus familias completas se aferra a la vida por ella (por Fe), entonces sólo por eso, vale la pena el misterio inexplicable de la FE.
Muchos de los que vive con Fe posee la convicción de que el vivir es un gran privilegio y un maravilloso milagro, es tener la esperanza puesta en el otro ser humano, teniendo la certeza que podemos esperar lo mejor del otro, es CREER en algo o en alguien así la evidencia comprueben lo contrario. Pero, vivir en Fe no debe ser un simple esperar inerte e inmóvil, debe ser un accionar día a día, una actuar y buscar lo deseado, teniendo la esperanza que todo el esfuerzo y las ganas que se imprime a lo que se hace, vale la pena.
Cuando un ser humano tiene confianza de que algo va a suceder, la certeza de algo, a si no se vea, estamos ante un acto de FE, que es la convicción absoluta de que algo es verdad, no necesariamente razonado; algunos dicen que surge ante lo divino, otros que se nace con ella, otros plantean que se aprende, hasta se puede leer que la Fe es descrita como una locura, una fanatismo y hasta un misterio inexplicable. La palabra Fe proviene del latín Fides que significa “Confiar” y el resultado de ella es el surgimiento de la Esperanza, que esa fuerza que no permite que se abandone la vida ante las vicisitudes, que alimenta a la voluntad para no renunciar.
Pero sin importar que sea la Fe o cómo se llegue a poseerla, para mí, lo mas importante es que el cómo se vive con ella, como por ella un humano trasforma sus desventajas, sus problemas en simples circunstancias porque tiene la esperanza que en algún momento van a pasar, como personas con grandes problemas de salud y sus familias completas se aferra a la vida por ella (por Fe), entonces sólo por eso, vale la pena el misterio inexplicable de la FE.
Muchos de los que vive con Fe posee la convicción de que el vivir es un gran privilegio y un maravilloso milagro, es tener la esperanza puesta en el otro ser humano, teniendo la certeza que podemos esperar lo mejor del otro, es CREER en algo o en alguien así la evidencia comprueben lo contrario. Pero, vivir en Fe no debe ser un simple esperar inerte e inmóvil, debe ser un accionar día a día, una actuar y buscar lo deseado, teniendo la esperanza que todo el esfuerzo y las ganas que se imprime a lo que se hace, vale la pena.
Dedicado a Ofelia y su familia, y
por supuesto a todos los San Juaneros.
Publicado Notitarde La Costa 26-06-09